La activa:
-Emplear contraseñas seguras. Para que sea considerada como tal, una contraseña debe tener más de 8 caracteres, con mayúsculas, minúsculas y números.
-Encriptar datos importantes. Es decir, cifrarlos para que solo lo puedan leer aquellas personas que sepan la clave.
-Tener un antivirus actualizado. No ignores sus peticiones de actualización.
-Usar otros software de seguridad, además del antivirus, como los cortafuegos o los antiespías.
Realizar copias de seguridad. Deben ser constantes y de todo lo que consideremos que tiene un cierto valor.
-Analizar la máquina periódicamente en busca de malware. Puede que los tengas dentro pero que no estén activos.
-Tener un usuario auxiliar. Existen virus que bloquean el perfil de usuario pero, si tienes otro, puedes entrar y actuar.
La pasiva:
-Usar un hardware adecuado contra averías y accidentes.
-Comprobar si el antivirus funciona correctamente cuando hay una infección por un virus.
-Escanear el sistema al completo y, si se encuentra algún malware, limpiarlo.
-Realizar copias de seguridad de los datos y del sistema operativo en distintos soportes y ubicaciones físicas.
-Crear particiones del disco duro para almacenar archivos y backups en una unidad distinta a la del sistema operativo.
-Desconectar la máquina de la red hasta que se encuentre una solución.